ONE OF THESE DAYS & Thee Heavy Random Tone Colour Lab es el artefacto sonoro de unos veteranos músicos coruñeses. Está formada por el vocalista y guitarrista Diego Veiga, quien estuvo al frente de bandas como SteelWood o los madrileños Lüger, militó como bajista de Jet Lag y actualmente compagina este proyecto con las teclas en WolRuS; el bajista Joaquim Conejos “Joki”, también implicado actualmente en WolRuS tras su paso por los propios SteelWood, The Virginals y Woocake; el teclista Fernando Vilaboy de la mítica banda mod Elephant Band y Mega Purple Sex Toy Kit; y el batería José M. Martínez “Bonham”, renombrado productor y percusionista de Deluxe, The Majestics o Miguel Costas. “A Peaceful Nacht In Hell” (in four movements) es el título de un disco de psicodélico rock añejo que parece un perturbador anacronismo en nuestra era.
Diego Veiga y Bonham conversan ante la grabadora, unos días antes de su concierto en la Sala Mardi Gras donde tocarán en la segunda edición de Los Conciertos de Retroalimentación promovidos por el periodista Javier Becerra, para hablar de rock progresivo, space rock, kraut y títulos largos para canciones enormes.
La edición de este disco se realiza gracias al crowdfunding, o microfinanciación colectiva, ¿habría sido imposible si no fuera así?
Jose Bonham: Tal y como están las cosas hoy en día…
Diego Veiga: Teniendo en cuenta el género musical que desarrollamos sí. En la actualidad muchas bandas tiran hacia el krautrock. Yo tuve mucha suerte cuando monté Lüger, porque a nuestro primer concierto vino Edu “Giradiscos” y dijo “grabamos cuando querais” y así fue. Había en Madrid en aquel momento gente como La Débil, Edredón y nosotros. Todo el mundo empezó a hablar de krautrock, fue una tendencia que entró en lo cool, salieron los Horrors de la nada y todo el mundo hacía kraut.
Ahora están surgiendo muchas bandas deudoras de ese sonido que hipnotizaba a finales de los 60 y principios de los 70. Muchas bandas actuales lo reivindican, vosotros seguís una línea más purista si se puede decir así… podríais pertenecer a esa época quiero decir.
JB: A mí me gusta Rush…
DV: Genesis,Yes…ya sé que es como mentar la bicha pero depende de la época…
JB: Somos bastante carrozas.
DV: Sí, pero después no creo que sonemos como unos carrozas. Lo que pasa es que hay cierto estigma en nombrar ciertos nombres de bandas, que no quedan cool. A parte de que el progresivo inglés tuvo el estigma del punk cosa que no tuvo el kraut…
Al mismo tiempo el post-punk sí que reivindicó el kraut.
DV: Pasaron de hippies a yuppies y están marcados por ello. Se habla de “dinosaurios”: Led Zeppelin, Deep Purple… pero son unas bandas increíbles. De cara a ciertos medios está mal visto reconocerlo. Es un elitismo absurdo. A nosotros básicamente nos gusta la música.
También hay que tener en cuenta que la mayoría de esas bandas cayeron en su última época en la superproducción, cosa que igual ahora no gusta demasiado.
JB: Se les fue mucho la olla. En el 2013 es muy fácil tener esa perspectiva. En los ochenta en el estudio surgieron muchas novedades a la hora de trastocar la grabación y la producción. Bastante horteras en general. Ahora se vuelve a un sonido más añejo, ya no parece tan antiguo. Hay muy buenos discos en el pasado grabados de una manera que no deja de ser la más real para captar ese sonido.
Habeis grabado en los Estudios Bonham y en la producción aparece un enigmático Paul Ronnie. Como un elemento más entre tanto delirio cósmico.
JB: Paul Ronnie es un colega nuestro y queríamos ponerlo como productor. Estuvimos tocando en Madrid y había gente que decía que le sonaba. (risas)
La grabación fue en directo y en tan solo tres días. Parece que ya estaba bastante estructurado el disco en vuestras mentes.
DV: Grabamos todos juntos sin claqueta mirando unos para otros. Metimos alguna overdub, lógicamente. Pero respetando el espíritu del directo.
¿ Y a nivel compositivo?
DV: Tenía unas canciones en esqueleto que en anteriores formaciones no cuajaron, aquí en OOTD&THRTCL las presenté como punto de partida. Pero las compusimos entre los cuatro. Lo más convencional es mío.
JB: Las melodías de voz, al ser Diego el cantante, son todas de él.
En los 60 y 70 se cuidaba mucho el arte en las ediciones discográficas pero fue decayendo durante varias décadas, hasta ahora que parece que el músico vuelve a formar parte de todo el proceso creativo en la autoedición. La artista e ilustradora Iria Rodríguez ha colaborado en el diseño de una pieza destinada al coleccionismo.
DV: Iria hace todo el artwork, queríamos algo más que un soporte sonoro. Nos encanta como compradores de vinilos una buena portada. Iria consiguió que si el disco está en la estantería llame la atención. Al mismo tiempo tenemos a Roge Fernández, un artista coruñés, que hace los visuales en todos los directos.
Parece obvio que la primera parte de vuestro nombre viene de un tema de Pink Floyd. ¿Con qué época o disco os quedáis de la banda?
JB: Tampoco es una fijación con Pink Floyd. El nombre se lo pusimos bastante más tarde de comenzar con el grupo.
DV: El nombre es un guiño a Pink Floyd, y hacerlo tan largo es un poco broma ya que estamos haciendo temas de diez minutos y vamos contra corriente de lo que puede ser la actualidad. Quisimos hacerlo como un concepto dividido en cuatro movimientos… fue un punto de encuentro entre todos. En cuanto a la época un poco la del medio, Live at Pompeii (1972) es el que marca. A mí y a Fernando (Vilaboy) nos gusta mucho la época de Syd Barret…
J.B: Yo soy más abierto, hasta llegar a The Wall (1979), pero también la primera época del grupo.
D: Creo que el 70/71 sería el punto en común de los cuatro: Atom Heart Mother (1970) y Meddle (1971).
Sois una banda de músicos veteranos de la escena coruñesa y es difícil no mencionar a la mítica banda Kozmic Muffin. ¿Encontráis similitudes?
JB: A mí me lo parece, en cuanto al sonido, por los instrumentos que tocamos. Veo referencias a los mismos grupos de los que estamos hablando.
DV: Evidentemente por referencias, son las mismas. Sonaban muy añejos también. Grandes canciones sin miedo a que se noten las influencias.
Dentro de la progresiva la tendencia parece ir hacia el krautrock y Alemania, pero vosotros sonáis más como una banda inglesa.
D: Yo creo que sí, las partes que puedes considerar en el disco medio jazzísticas vienen de ese lado. Nos gusta Soft Machine, King Crimson. Uno de los cortes del disco “Nexus” lleva un arpegiador y tira más hacia el spacerock, más de Hawkwind que de alguna banda alemana.
JB: A la hora de componer tampoco nos limitamos si le queda bien a la canción.
En ese sentido se puede encontrar más melodía, más canción, que en una banda actual.
JB: Sí, porque el punto que nos mola es ese, tanto las melodías como la manera de estructurar las canciones. Hay partes muy abiertas para hacer cosas muy raras…
DV: …pero luego se vuelve a una estrofa. Realmente las melodías son pop. Nos interesa la canción, que le demos una vuelta de tuerca es otra cosa. Básicamente, no somos un grupo pajillero. Creemos en las canciones. No queremos perder ese concepto más convencional.
“La música, decididamente, no es un entretenimiento. Es algo más serio, como un arma de bondad” dice vuestra nota promocional, no queréis simplemente entretener con vuestra música por lo tanto y creo que es demasiado intensa como para tenerla simplemente de fondo… ¿Cuál es la intención última? ¿Cómo os gustaría que se sintiera quien la escucha?
DV: Es un género que exige cierta atención del oyente. Vivimos e un mundo que va muy rápido. Todo es de usar y tirar por eso la música se produce para que te entre y ya, no para que te sientes y le dediques un poco de tiempo.
En los cincuenta la radio y también la forma de grabación demandaba temas de no más de 3 minutos, después vino la progresiva para acabar con todo eso y a continuación el punk acortando los tiempos en oposición. Ahora está todo totalmente mezclado en ese sentido.
DV: Exacto, son eras que van cambiando. Ahora hay exceso de información.
JB: Te pueden pasar un pendrive con la discografía de veinte grupos y quién se come eso. No le dedicas tiempo.
DV: El cerebro no puede procesar todo eso, son luces de neón en todos lados.