“Si ser artista de culto significa que le gustas mucho a unos pocos, eso es lo que quiero ser”
Hagamos un viaje intercontinental, partamos de Nueva York hacia Madrid, acomodémonos en nuestros asientos, dejemos atrás los controles de aduanas, las prisas y la gravedad que nos aprisiona.
Sintámonos seguros en el avión. El hilo musical susurra inquietante; quebradizo; hermoso entre las nubes cargadas de estática;el aire acondicionado sopla frio. Escuchemos.
Los prejuicios contra una artista derivados de su pasado “mainstream” (llámenlo comercial o simplemente popular) se suelen cebar en mujeres como Christina Rosenvinge(1964,Madrid).
De un pasado adolescente en contacto con la movida madrileña, sus inicios en Ella y los Neumáticos, a la exitosa carrera del duo Álex y Christina: melosas canciones pop, e imagen sexy-naïf, que les llevaron a representar a España en el festival de la OTI en 1988. Despues de la disolución del duo, a finales de la década de los 90, cambia a un sonido,y a un look, más rockero acompañada de Los Subterraneos. Tras dos discos desaparece de si misma y vuela a NY. Es en la gran manzana donde entra en contacto con Steve Shelley y Lee Ranaldo(Sonic Youth) que le apadrinan musicalmente e introducen en el circuito alternativo de salas.
Pasado y pasos necesarios para iniciar una carrera musical en solitario fuera de círculos masificados, y ganar el aprecio de la crítica “indie” y su público afin. Pero, ¿supone esto una aceptación o es la coincidencia del fan adolescente de los 80 y el entendido crítico musical del 2000 en una misma persona?, quien sabe.
El bicho se transforma en mariposa y tras cuatro discos en solitario, uno de ellos-Flores Raras– registrado en directo, edita Continental 62(Søster/Dro Atlantic 2006).
Disco breve que deja un sabor extraño, debido a una sobria producción(obra de Suso Saiz y ella misma) y a su voz, siempre a punto de deshielo, resonando en una habitación sin muebles.
Se rodea de los estupendos músicos Charlie Bautista, Steve Shelley y Jeremy Wilms, colaborando Lee Ranaldo, Fon Roman(ex-Piratas) y Tim Foljahn de Two Dollar Guitar que canta en “White Hole”.
Abre el disco “Continental 62”,el nombre del vuelo entre Newark y Barajas que le mantenía en contacto con ambos paises. Se muestra accesible en el single “A Liar to Love”; forzada en White Hole; acompañada a la voz y a la guitarra por Lee Ranaldo en la poetiana “Window”; y apocalíptica en “Helicopter Song”.
La española, de padres daneses, muestra una ternura que inquieta por su desolación en canciones como “¿Quién me querrá?” -Quien me querrá/con lo cara que está la vida/quien se querrá arriesgar./en cada despedida nace la eternidad- , “Teclas Negras”- Los dias se hacen largos/el desaliento viene y va como una moda- o Tok Tok- al final tu tenías razón /se puede renacer solo tras la humillación ,con referencias al cine de Godard y una declaración de hermandad con el protagonista de La Metamorfosis de Kafka.Estas tres canciones, las únicas en castellano, son precisamente las que mejor llegan por su construccion letrística y total desnudez.
Un disco quizas no tan interesante,musicalmente hablando, como su anterior Foreing Land pero igualmente recomendable para acercarse a la mujer de la gabardina que dedica su disco a K.